15 julio 2010

Integración de la Medicina Tradicional en los Sistemas de Salud



La medicina tradicional cubre entre el 65% y 80% de la atención en salud en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), institución que hace algunos años estimó que en los países en desarrollo el 80% de la población la utiliza para tratar enfermedades. Por ello, es más importante que la medicina occidental para la mayoría de la población mundial.

Además, se ha usado masivamente desde hace miles de años, y su efectividad se ha comprobado a través de la observación y experimentación de sus proveedores y usuarios. Sin embargo, sólo en los últimos tiempos la comunidad científica ha investigado la efectividad de sus tratamientos, sus métodos de diagnóstico, sus recursos terapéuticos, etc.

La medicina tradicional es, según la OMS, “la suma de todos los conocimientos teóricos y prácticos, explicables o no, utilizados para diagnóstico, prevención y supresión de trastornos físicos, mentales o sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación y transmitidos verbalmente, o por escrito, de una generación a otra. Es una firme amalgama de práctica médica activa y experiencia ancestral.”  Es un concepto amplio que abarca sistemas de medicina milenarios  (como la medicina tradicional china, el ayurveda hindú o la medicina tradicional peruana) y las diversas formas de medicina indígena. “Las terapias de medicina tradicional incluyen terapias con medicación, si implican el uso de medicinas con base de hierbas, partes de animales y/o minerales, y terapias sin medicación, (…) como en el caso de la acupuntura, las terapias manuales y las terapias espirituales”.   

En 1978, la OMS realizó un llamado internacional para incorporar esta medicina a los sistemas nacionales de salud de sus miembros y, desde entonces, muchos países han buscado integrarla formalmente.

En Sudáfrica, por ejemplo, se conoce que al menos 70% de la población consulta uno de los 200,000 proveedores registrados de medicina tradicional. El Ministerio de Salud provee un marco regulatorio que registra y controla a estos proveedores y  se trabaja desde el gobierno en hacer pruebas clínicas y bases de datos. El National Reference Centre for African Traditional Medicines (NRCATM) trabaja en la promoción y protección de la medicina tradicional, la recopilación y sistematización de conocimientos y la capacitación de proveedores, entre otros aspectos.

En Cuba, desde la década de 1990 se creó una dirección de medicina tradicional en el Ministerio de Salud y un programa de desarrollo y generalización de este tipo de medicina, así como una red de servicios y centros de atención en todo el país. El 2003 el gobierno creó el Centro Nacional de Medicina Tradicional, dedicado a la investigación científica y a la formación y capacitación de proveedores, entre otros aspectos.

China e India son dos de las experiencias de integración más exitosas del mundo. Los métodos de la medicina tradicional se aplican mediante sistemas médicos muy completos y efectivos en el tratamiento de todo tipo de dolencias, son reconocidos como medicina oficial y están plenamente integrados al sistema de salud nacional. Los fundamentos de estos sistemas médicos gozan de gran popularidad internacional y han sido estudiados por científicos en todo el mundo, demostrando efectividad y seguridad en los tratamientos.

En el Perú contamos con un sistema de medicina tradicional muy rico, diverso, vigente y difundido por todo nuestro territorio; más rico aún que el sistema chino, según muchos expertos. Sólo en plantas medicinales, mientras que China cuenta con 5,000 variedades y las exporta al mundo por un valor de US$ 800 millones al año, el Perú cuenta con 40,000 variedades, y las exporta sólo con un valor de US$ 10 millones al año (0.1% del mercado internacional). Muy pocas de estas variedades están debidamente estudiadas y muchas están siendo depredadas.

A pesar de la riqueza de nuestra medicina tradicional, no hemos tenido un proceso de integración formal semejante al de otros países. El gobierno no ha apoyado la investigación y el estudio de las potencialidades de esta medicina como una real alternativa a las necesidades de atención en salud; sobre todo teniendo en cuenta que 50% de la población nacional no accede a servicios de salud.

Sólo hemos tenido algunos intentos formales de integración: en 1990 se creó el Instituto Nacional de Medicina Tradicional, hoy deshabilitado y convertido en el Centro de Salud Intercultural (enfocado en el estudio de la Medicina Alternativa y Complementaria). Existe un comité de Medicina Tradicional, Alternativa y Complementaria en el Colegio Médico, y  en 2003 se emitió una norma técnica para la atención de Parto Vertical con adecuación intercultural.

Mientras tanto, la población sigue curándose con proveedores de medicina tradicional (como curanderos, parteras y hierberos), usando recursos, técnicas y productos de esta medicina derivados de conocimientos tradicionales. Todos conocemos casos de curaciones con plantas medicinales, como la uña de gato, la graviola o la coca; algunas psicotrópicas como la ayahuasca, y el San Pedro, y suplementos nutricionales como la maca, la quinua, la oca y la quiwicha.

Las condiciones están dadas, lo que hace falta es voluntad y recursos para descubrir, o más bien, redescubrir, la riqueza de la medicina tradicional peruana, darle base científica y permitir que apoye en la inacabable tarea de ofrecer atención de salud a nivel nacional y, quién sabe, generar  un mercado como en el caso de la China, con ganancias nada desdeñables para el país y sobretodo para su población más pobre. 

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